jueves, 1 de mayo de 2014

1 de mayo, San José obrero


El día 1 de mayo del año 1955, el papa Pío XII, instituyó la fiesta de san José Obrero. Fue para hacer del día del trabajador una fiesta que tuviera como punto de partida el amor a Dios.
Es lo más natural que sea el titular de esta fiesta cristiana José, el esposo de María y padre de Jesús en el mundo, ya que él fue un trabajador como todos, al que nada le fue fácil, porque a pesar de la noble misión recibida de Dios, siempre fue uno más del pueblo, un trabajador que entendió de carencias, que supo de estrecheces en su familia y que las llevó con dignidad. Sufrió la emigración forzada cuando tuvo que huir a Egipto, conoció el cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar; es decir, vivió como vive cualquier trabajador con todas las dificultades laborales que ello conlleva. A José se lo conocía en su tiempo como «el artesano o carpintero» y a Jesús se le daba el nombre descriptivo de «el hijo del artesano o carpintero». 
Teniendo a san José como patrono, la fiesta del día del trabajador sugiere honra a Dios, agradecimiento, descanso y regocijo. Hay que honrar a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan.