Estos santos son considerados como "las cabezas de los apóstoles," porque eran los principales líderes de la Iglesia cristiana primitiva, tanto en su fe y la predicación como misioneros por el ardor y celo.
Pedro, cuyo nombre era Simón de Betsaida, hermano del apóstol Andrés. Pescador, fue llamado por el mismo Jesús, y dejándolo todo, siguió al Maestro, que le dio el nombre de Pedro. En principio, débil en la fe, incluso negando a Jesús durante el proceso que culminó en su muerte por crucifixión. El Señor confirmó su fe después de su resurrección de la que fue testigo, convirtiéndose en intrépido predicador del Evangelio tras la venida del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés. Predicó en Pentecostés y selló su apostolado con su propia sangre, pues fue martirizado en la persecución de los cristianos siendo crucificado cabeza abajo, a petición propia, por no considerarse digno de morir como su Señor, Jesucristo.Escribió dos epístolas, y probablemente fue la fuente de información para que Marcos escribiera su Evangelio.
Pablo, cuyo nombre antes de su conversión era Saulo de Tarso. Realizó sus estudios "a los pies de Gamaliel", uno de los grandes maestros de la ley en el momento. Se convirtió en un fariseo celoso dedicándose a perseguir y encarcelar a los cristianos siendo responsable de la muerte de muchos de ellos.Se convirtió a la fe cristiana, camino a Damasco, cuando Jesús Resucitado se le apareció y le llamó al ministerio. Recibió el bautismo en el Espíritu Santo y se preparó. Se convirtió en un gran misionero y consejero de muchas comunidades. Despúes se convirtió en perseguido, sufrió mucho por la fe y fue coronado con el martirio, sufriendo la muerte por decapitación.Escribió trece Epístolas y es conocido como el "apóstol de los gentiles"
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